ATENCION A LA DIVERSIDAD.
Para atender convenientemente a la diversidad de alumnos/as que me encontraré en las aulas, no debo olvidar las características fisiológicas, morfofuncionales, de maduración, etc., que puedo encontrarme. Tras detectar en una primera exploración inicial las diferencias individuales, ésas se deberán tener en cuenta en el planteamiento de las actividades.
A este respecto planteo las siguientes consideraciones:
- Las actividades serán en la mayoría de las ocasiones progresivas y con diferentes niveles de solución, de manera que no obliguen al alumno a afrontar riesgos considerables.
- Partirán de lo global hacia lo específico adecuando el criterio de diversidad al de especialización
- Tendrán posibilidad de adaptación para que puedan desarrollarlas el mayor número posible de alumnos sin que sea necesaria la elaboración de ACI.
- No deben suponer planteamientos discriminatorios, pretendiéndose la integración de todos los alumnos/as en los distintos grupos, sí como la participación en grupos mixtos.
Para determinar las necesidades educativas especiales más aparentes de los alumnos, será recabada información de las familias a través de un cuestionario que se les entregará al inicio del curso. Del análisis del mismo se irá precisando la información que nos permita adecuar el programa a las necesidades de cada alumno/a. Además de las aportaciones del tutor/a y orientador/a si fuesen necesarios.
Se considerarán además diversas estrategias de refuerzo para aquellos alumnos que presenten mayores dificultades de comprensión, ejecución y aprendizaje. Entre ellas cito:
- Atención individualizada tanto en la información inicial como en el conocimiento de la ejecución y de los resultados.
- Mayor utilización de reforzadores positivos.
- La colaboración entre los compañeros/as de su propio grupo.
- Facilitación de tareas a través de ayudas verbales y táctiles.
- Utilización de materiales adaptados.
- Colaboración de monitor, maestro de pedagogía terapéutica, ...
El objetivo último ha de ser proporcionar a cada alumno la respuesta que necesita en función de sus necesidades y también de sus límites, tratando siempre de que esa respuesta se aleje lo menos posible de las que son comunes para todos los alumnos.
Los alumnos con necesidades educativas especiales se beneficiarán de un tratamiento individualizado a través de las siguientes adaptaciones curriculares:
- Cambios metodológicos.
- Prioridad en algunos objetivos y contenidos.
- Modificaciones en el tiempo de consecución de los objetivos.
- Adaptación de materiales.
- Adecuaciones en los criterios de evaluación en función de sus dificultades específicas.
1. Partir del nivel de desarrollo del alumnado. 2. Construir aprendizajes significativos. Dificultad óptima de las tareas. 3. Lograr un aprendizaje autónomo. 4. Desarrollar y modificar las capacidades y los esquemas de conocimiento. 5. ACTIVA Y PARTICIPATIVA: lograr una actividad intensa protagonizada por los alumnos/as. 6. LÚDICA: principalmente actividades en forma de juego. | En función de los anteriores principios llevo a la práctica una metodología activa que combina las actividades dirigidas con aquellas que permitan la exploración por parte del alumno y que a su vez hace que mi papel de maestro se encuentre entre el “modelo a seguir” y el “ayuda-guía” que permita la experimentación por parte del alumnado. De este modo, las clases de Educación Física, suelen tener una parte de trabajo teórico (que se lleva a cabo a través de fichas en clase) y una parte práctica que se realiza fuera de clase (en el porche, patio, gimnasio o en la pista) y que permite la exploración motriz por parte del alumnado. |