Muchos de nosotros nos hemos puesto a jugar improvisadamente con las tapas de cualquier envase. Y otros premeditadamente cogíamos, sin que se enteraran nuestras madres, las tapas de los tambores de detergente para imitar a aquellos que veíamos en un parque, en la piscina o en la playa disfrutando con un disco de plástico que con dificultad se pasaban entre sí.
Así se inició, de forma tan espontánea, la historia del disco volador, cuando unos jóvenes en una pequeña ciudad de Norteamérica, empezaron a tirarse unos a otros los moldes de las tartas del confitero local, el señor Frisbee.
Willian Russel Frisbie, en el año 1871, se instala en Bridgeport, Connecticut, para fundar una fábrica de pasteles llamada “Frísbie Baking Company”. La empresa prospera y en 1956 alcanza una producción de 80.000 tartas al día.
Aunque se discute si el tipo de artículo empleado era la funda, la base de metal que llevaba la tarta, o una tapa hecha para las cajas de galletas, nadie pone en duda que el origen del disco volador está en la mencionada compañía.
En 1948 Frederick Morrison aprovecha la aparición del plástico para modelar diseños y mejorar el platillo volador aerodinámicamente. Poco después patentó el primer disco, que llamó Pluto Plater, pero que tenía un gran inconveniente: el material empleado era baquelita y se rompía fácilmente.
Morrison se desinteresó de su invento hasta que, en 1955, la firma de juguetería Wham,O le compró los derechos y empezó a comercializar sus propios discos, registrados con el nombre de Frisbee, tras modificar el apellido del pastelero, Frisbie por frisbee.
A principios de los 60, el gerente de la compañía Wham,O, Ed Headrick, empezó a darse cuenta de que el frisbee fabricado por ellos podía no solamente ser utilizado como juego, sino también como artículo de deporte, y en 1964 fabricaron un modelo profesional destinado a esa idea.
Para estabilizar el vuelo del disco, Headrick diseñó unas líneas en la parte superior. Poco después fundó la Asociación Internacional de Frisbee y ayudó a organizar equipos que practicaran el nuevo deporte, que se expandió desde su lugar de origen, California, por todo el país.
En 1968 Joel Silver y Buzzy Hellring crean y fomentan un deporte colectivo con disco; así nace el Ultimate, promocionándolo en el Instituto Columbia de Maplmalwood en Nueva Jersey. En 1974 se celebran los primeros Campeonatos del Mundo de Frisbee en el Rose Bowl de Pasadena, California.
Al final de los años 70 se comenzó en otras naciones a jugar al disco volador: Australia, Nueva Zelanda y la mayoría de los países europeos.
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